Al igual que otras veces y al no andar muy armado de inspiración, me veo obligado a obtenerla de las entradas de otros compañeros.
Leyendo la corta pero certera entrada que a modo de corresponsal enviaba SV a Almoga y siendo esta mas que una entrada una estocada de las que no necesitan ni capotes ni muleta que hagan girar la cabeza del bravío animal que es consciente de que no hay mas, y siguiendo con la respuesta del atacado, que como siempre sale bien parado de tan agridulce trance, me vino a la mente una pregunta… ¿Qué tiene esto que tanto engancha?.
Hace unos días, me decía a mi mismo, “llevas casi 20 años tras estos bichos, has asistido a no se cuantas monterías entre tanto, los has visto a penas en dos ocasiones, el resto ni de lejos, aunque si unas tantas en las juntas. Por lo tanto en el momento que mates uno, esto se acabará, habrás conseguido tu meta, (que no esta mal nene), y todos en paz, el mosin al armero y los cuchillos al armario con aceite, que los crios algún día querrán ir”
Pues una vez pasado el calenton del momento, y habiendo repasado una y otra vez aquella noche, (que me ha durado unos días), vuelta a empezar. Nuevamente pensando en volver al mismo sitio y esperar a que pase aquel que tan solo alcancé a ver con el rabillo del ojo, mientras se dejaba caer al ramblizo.
¿Qué tiene esto que hace que te enganches, llegando a parecer un “vicio”?
Como aquel muchacho de 16 años que tarde tras tarde aparecía por el parque esperando que la vecina de su amigo pasase por el semáforo de enfrente, y tan solo verla le satisfacía lo suficiente, pero le hacia volver una y otra vez, incluso una vez habiendo hablado con ella esas dos palabras, las cuales tenias como meta, necesitabas seguir mas.
Unos siguieron hasta casarse y forma una familia, para otros apareció una que los enganchó mas fuerte, pero todos queriendo cada vez tener mas intimidad con su mitad.
Y lo mismo se siente en este “mundillo”, las metas están por venir, pero no por ser fijadas, da igual lo que hayas hecho pero vuelves una y otra vez para dar con aquel a quien buscas, camuflado en bosque o subido a una encina, pero siempre sintiendo el campo muy adentro, queriendo volver una y otra vez para llenarte de esas sensaciones que solo el campo proporciona, (y si encima pasa la rubia, pues ni te digo).
Y así es la caza, no alcanzo a explicarme mejor, y es la única comparación que se me ocurrió, quizá esto lleve a pensar a alguien que somos como niños, y quizá en el fondo algo de razón tenga, porque para volver un día y otro día al mismo sitio sabiendo que hace tiempo que no la ves, pero siempre con la esperanza, de que en cualquier momento aparece, por donde sale, por donde cruza …….
¿Que tendrá esto ...?
Un saludo
