105.000,00€ SE VENDE PISO EN SAN PEDRO DEL PINATAR

Piso semiamueblado, 3 dormitorios, 2 cuartos de baño, armarios empotrados en dormitorios, balcón con cierre de aluminio, tarima flotante en toda la vivienda, recientemente reformado, instalación de fontanería nueva, aseos y cocina nuevos, plaza de garaje cerrada.


Interesados escribir a " juandiegogm@hotmail.com "

jueves, 10 de junio de 2010

Por tierras manchegas.





Sonó el teléfono algo tarde, pero con buenas noticias, estaba invitado a realizar una espera en Albacete, muy cerca de un pueblo de la sierra de San Pedro, y de quien venia la llamada sabia que se trataba de algo serio.

El viernes pusimos rumbo a La Mancha y a las ocho de la tarde nos encontrábamos en el bar del pueblo esperando a José y Manolo quienes nos llevarían al puesto donde deberíamos permanecer hasta que ellos nos recogiesen, estas tierras tiene poco y a la vez mucho que describir, miradas al horizonte no son mas que llanuras dedicadas en su mayoría al cereal, pero los cambios de color que van desde el verde mas intenso hasta el rojizo de su tierra, le dan un belleza especial y si además le sumamos que por uno de aquellos claros debería de asomar al careta un marrano bien bueno…

Nos encontrábamos en el linde de la sierra con los barbechos de cereal, en un saliente que la misma sierra había hecho como ultimo intento de seguir extendiéndose por la llanura pero no con mas de 6 metros de anchura, a nuestra derecha un bancal de tierra clara, y a nuestra izquierda la tierra comenzaba oscura hasta emblandecerse a unos 100m de nosotros, eran las 9 y ya estábamos puestos, el viento que bajaba de la sierra se hacia desagradable por la fuerza con que nos daba en la cara sin permitirnos oír nada, pero a la vez nos protegía de ser venteados por los marranos, así como de que nos pudiesen escuchar por lo que no todo podía ser malo. Eran ya las 10 cuando de repente por el rabillo del ojo vi algo moverse a mi izquierda, “mierda” ¿por donde se ha colado?, se estaba dejando caer a un ramblizo por lo que me tan solo me fue posible verle los cuartos traseros y eso si, movía el rabo con una alegría tremenda, por lo que seguro que a nosotros tampoco nos había visto, pensé lo que pensé y salí corriendo a cogerle la vuelta por donde debería de pasar, ya que no tenia otro lugar por donde hacerlo, pero de la misma forma que había aparecido, desapareció, mis esperanzas se habían esfumado, pero lo que José y Manolo habían dicho era cierto, “ aquí los vais a ver pasar, no puedo deciros que vais a tirar, aunque muy difícil será que no lo hagáis”, aquello me serenó bastante por que después de tanto tiempo, había encontrado lo que tantas veces había soñado.

Permanecimos en el puesto hasta las once, momento en que aparecieron con el patrol para recogernos, ¿Cómo se ha dado?, nada se nos coló uno que no llegamos a tener a tiro. ¿Cómo es posible?, tu no te marchas sin matar uno esta misma noche.

Mi tío y yo nos miramos, y nos dijeron, os vais a poner donde os digamos pero no os mováis bajo ningún concepto, los marranos os van a entrar desde la izquierda y se intentaran ir camino abajo.

Allí estábamos los dos, ya no nos mirábamos, no por nada, es que aquello estaba mas negro que la boca de un lobo, menos mal que llevábamos un foco que allí se puede usar.

A los quince minutos comenzaron a irse ruidos que salían del centeno y cuando creímos tenerlos en el camino encendimos el foco, enfile al primero que me entro en el visor y apreté el gatillo, rápidamente tire del cerrojo y volví a buscar el la cruz al mismo que renqueaba y volví a apretar el gatillo, esta vez calló de un lado y a penas se podía mover, el resto debían de haber llegado a Jaén por la dirección que tomaron y la velocidad que llevaban, allí estaba mi primer cochino tras tantos años buscándolos, saque el puñal de remate y con la ayuda de la linterna rematé.

Llegaron José y Manolo, alegrándose con lo acontecido y dándonos la enhorabuena.

Tras esto que no terminaba de asimilar nos marchamos a casa pronto ya que a la mañana siguiente debíamos de arreglar toda la carne.

Fue por la mañana cuando fui poco a poco desmenuzando todo el lance y al ver el marrano comprobé la localización de los disparos que con la noche era a penas imposible, el primero le había entrado por jamón izquierdo y al salir por el pecho le había partido la pata delantera, y el segundo le partió el jamón izquierdo, lo que le hizo caer de un lado, era un macho joven con unos 60 kg y para ser el primero no estaba nada mal teniendo en cuenta los años que llevaba esperando esta oportunidad.



Un saludo muy especial a estos dos amigos, grandes conocedores de sus campos sin cuya colaboración nos habríamos vuelto a casa con tan solo la imagen del cochinete que se dejó caer por la rambla. Gracias de verdad.





Un saludo.