.... Andaba por el 22 de enero de 2012, cuando el reloj de la gasolinera pasaba de marcar las 8:00 a marcar -2 grados. La maleta, el rifle, la banqueta, el macuto… todo estaba en el maletero y tras haber pasado la noche en el hotel, comenzaba la mañana con el camino de ida a la junta, era mi primera vez con los venaos, y por que no incluso podía ser la última, por lo que los nervios debían de quedar en el maletero, junto con las demás cosas, si salir revueltos con todo en el monte.
No distaba más de media hora y antes de darme cuenta ya estaba viendo las primeras ciervas, pastando con las pequeñas en unos rastrojos viejos, teníamos que atravesar aquella finca y en un par de minutos entraríamos en la que nos ocupaba esa mañana, La Sierra del Viso, un monte apretado, con encinas, robles, pino y yo que se mas entre la gran variedad que alberga este monte, bonito y espeso, debe de ser la falta de costumbre, pero me entretenía mirando cada rincón.
Antes de darme cuenta tenía delante un plato de migas con huevos y chorizo, y un montón de caras desconocidas, en breve teníamos el puesto y antes si cabe ya estábamos en el coche siguiendo al postor.
Saca el rifle y súbete a esas piedras mientras nosotros apartamos el coche de aquí. Me dijeron mi padre y Manolo, los cuales debieron de sorprenderse cuando me vieron subido en la piedra, antes de que terminasen de hablar, rifle en mano, cargado y la vista y el oído puestos en aquellos pinos que tenía delante.
El viento era ante todo incomodo, mas frio que tener un hielo entre las manos, y otra vez molesto. Me tire toda la mañana llorando, con y sin motivo, bien por el viento bien por lo que hice, y cuando más tranquilo estaba, comenzó a oírse un tropel entre los pinos, monte romper, jaras, pinos y yo que se mas seria aquello, pero en mi vida había oído algo igual, el ruido se acercaba cada vez más, y un enorme chaparro que tenía delante, no me permitía ver nada, tan solo oír, lo que hacía que aquello fuese interminable, el ruido era cada vez mar fuerte y de tal descaro por la sierra, nunca había sido yo testigo de el, por lo que pensaba que serian varios perros tras algún rastro. Cuando ya pensaba que aquello se me echaba encima, aparece por mi izquierda y tras el chaparro, saliendo a un claro, en el que ni un saltamontes tenia donde esconderse, un venao, de repente me vuelvo como pidiendo aprobación de quien nos había invitado, y pensando a la vez, ¡que cojones! ¡Tírale muchacho!, me encaro el rifle, consigo meter aquel bicho en el visor, y digo consigo, porque no cabía dentro de cerca que estaba, cuando de repente oigo el tiro, que a pesar de ser mío, tan solo a mi me sorprendió, porque en ese mismo instante, me miro a los ojos, y mientras yo tiraba del cerrojo para volverle a disparar, el continuaba su trote y no me quitaba ojo de encima, cuando al empujar hacia delante el cerrojo, este no llegaba al final, ¿Qué pasa?. Pues nada que el individuo que tiro de el, no lo hizo por completo, y el casquillo vacio se encontraba en un lugar inapropiado, aquella mirada comenzaba a ser ya descarada y mientras buscaba la baqueta para sacar el casquillo, solo me falto , cual viñeta de Forges, que se acercarse el venao a ayudarme en la búsqueda…
Para cuando el casquillo estaba fuera y el rifle cargado, el venao debía de andar por Cáceres, y el tembleque que invadía mi esbelta figura no me dejaba ni encender un cigarro. Al estilo Scary movie, donde miraba estaba el venao, mirándome, y al trote, sin alterarse.
El resto de la mañana, transcurrió entre un par de vanaos más que a cien metros del puesto pasaron a la carrera y que pudieron oír hasta tres tiros míos cada uno, lo que les hizo acelerar aun mas su paso y demostrarme que no eran tan descarados como el anterior, cuya mirada sigo recordando todavía….
Al ver que era mi padre y que esperaba su llamada, para saber la fecha enla que volver nuevamente al Viso esta temporada , supongo que a buscar al descarao del año pasado, pero antes de darme cuenta otra vez, estaba alli, frente a un plato de migas, y antes si cabe, en el 4 de una traviesa, el cupo eran 3 venaos, 3 ciervas y jabalí libre. Cuando llegamos al puesto, habiamos dejado atras y mucho mas abajo tres puestos, y los que seguian, volvian a bajar, por lo que coronando aquella niebla, esbamos los dos, mi padre y yo, intentando sin sentido ver entre la niebla que comenzaba a entrar lentamente y en silencio, nos fue envolviendo sin permiso y se hacia hasta pegajosa, y a mas de 3 o 4 metros no nos dejaba ver con claridad.
La "agradable" niebla, termino de salir a las 11:00, ya que entro sin ser llamada y en que nos vimos de que se fuese, tambien nos visitó un agua nieve, agua, llovizna o como queramos llamarle, que nos empapó lo suficiente como para tener que coger el chubasquero cuando ya era tarde. En fin ¡que belleza!, (pensaba yo para mis adentros) cuando de repente entre unas encinas aparece lo que se asemejaba a la cabeza de una cierva, que parecía encontrarse bien retirada del puesto, pero cuando intente meterla en el visor, ni el agua ni la niebla me lo permitían, por lo que alli seguiamos "helaicos" de frio.
Era ya la una del medio día cuando comenzó a levantar la niebla, y comprobamos que las encinas se encontraban a no mas de 5 metros de nosotros pero la angustia que generaba la niebla les hacia estar como a 30, fue en ese instante, cuando rompió entre la jara una cierva, a la que entre nervios y disparos le empujamos, pero sin saber como, la habíamos fallado, se perdio entre las jaras y nos dejo comentando el lance el cual apenas duro 4 segundos.
Sobre una hora más tarde, aparece nuevamente otra, también tapada por la vegetación que entre las jaras dejo de verse tras el segundo disparo, y que nuevamente me dejó con la duda de cómo lo había fallado, a pesar de estar como a unos 100 m.
Agarres, ladras, y algún que otro perro, mientras los disparos no cesaban en toda la mancha, y allí estábamos mi padre y yo “viéndolas pasar”, sin haber visto todavía ni un venao a lo lejos. Nos disponíamos a recoger sobre las tres, cuando otra hembra aparece por el puesto, y esta vez si la tiraba más templado, efectivamente la alcanzo en el segundo, y apunto con calma haciéndole caer desplomada al tercero con tiro un el codillo. A pesar de ello, tuve que acercarme a comprobar que estaba allí, ya que la espesura no nos dejo ver si ciertamente estaba muerta.
Tras tenerlo todo recogido, nos dispusimos a hacernos una foto, cuando el postor aparece y nos pregunta si teníamos algo mas, a lo que le conteste que tenía que comprobar la cierva que había tirado más larga, ya que no pude ver lo que había hecho, rápida fue su respuesta diciendo que teníamos otra a unos metros, efectivamente, la primera que pasó, también se había quedado pero las jaras no nos dejaron verla rodar, por lo que con más ganas me dirigí a comprobar que había pasado con la más lejana, y cuál fue mi sorpresa al comprobar que también estaba en el mismo sitio en que le tiré, oculta por las jaras que alcanzaban los dos metros de altas en gran parte.
Por lo que lo que parecía había sido una mañana interminable por la niebla, se convirtió sin ser conscientes de ello, en algo distinto. Pasamos un buen rato, aunque mi amigo el del año pasado no apareció por allí y no creo que fuese por el miedo que me cogiera.
En la junta 45 venaos, mas de 50 hembras, y caras de todo tipo.
Saludos
Pd: No bromear otra vez con el venado oculto del letrado, que luego mira lo que pasa.